Otro día igual y regreso solo a la habitación... te echo de menos, ¿lo sabes? Recuerdo cada momento contigo como si estuviera ocurriendo en este preciso instante. Y me rindo ante este sentimiento. Solo quiero cambiar todos estos viajes, por regresar a casa y que estés ahí. A menudo me arrepiento de todo este tiempo que pierdo cuando lo que de verdad deseo es volver a casa, y que sea nuestro hogar.
Tengo lo que mucha gente sueña, pero mi sueño cambió al conocerte. Desde entonces solo una imagen recorre mi mente.
 " Es un sofá en L, un cheslong, la persiana abierta hasta la mitad, lo justo para darle intimidad a este ambiente, estamos tumbados juntos, y apoyas tu cabeza en mi pecho. Ya hemos hecho la comida y al terminar el almuerzo hemos recogido. Hemos tenido tiempo hasta de jugar mientras fregábamos. Está nublado, pero entra un rayo de Sol que justo va a parar a tu cara. ¡Qué hermosa eres! Y yo que afortunado."
Vuelvo a la realidad y, mientras preparo la maleta nuevamente, barajo la posibilidad de renunciar a todo esto, simplificar mi vida. Deshacerme de todo e ir tras aquello que me llenará de verdad. No suelo dejarme llevar por impulsos, y ésta no será una excepción (lo fue). Requiere pensar y meditar en las posibles consecuencias.
Antes de salir de la habitación, reviso que no se me olvide nada en ella. Saco la cámara de fotos y tomo una fotografía... intuyo que estoy en un lugar y en un momento importantes en mi vida.
Sonrío al visualizar sus ojos. Bajo en el ascensor y al llegar al hall me dirijo a recepción para devolver la llave. Pido una tarjeta con la información del hotel y en la parte de atrás apunto el número de la habitación en la que me he hospedado. Me despido amablemente con un:
- "Muchas gracias, espero volver pronto"- y sonrío como quien ya tiene una decisión tomada aunque todavía no lo sabe.
Los nervios se apoderan de mí mientras un taxi me lleva al aeropuerto. Durante años he aprendido a controlarlos, muchas reuniones, muchos discursos y exposiciones... pero esto no tiene que ver con negocios. Esto trata sobre lo que de verdad quiero, sobre ser feliz, sobre haber encontrado lo que durante mi vida he buscado.
Muchos son los interrogantes, muchas las dudas, mucha la incertidumbre... pero solo se pueden resolver de una manera. Y ésa es yendo a la fuente de donde emanan todas esas sensaciones.
-"Son 34,50 $" - me dice el taxista, y estira la mano hacia el asiento trasero.
"Tome, quédese con el cambio" - y salgo antes de que me dé las gracias.
Tengo un vuelo importante que coger y todavía no he comprado el billete. La espera se alarga durante horas... aunque esas horas transcurren mejor en una zona VIP.
Se acerca una azafata para avisarme de que la salida del vuelo está próxima. Ni siquiera acierto a agradecerle la buena atención prestada durante este tiempo, creo que nunca podría recrear ese mismo sonido. Me dirijo hacia mi asiento con mis rodillas chocando entre ellas debido a los malditos nervios. Y por fin, cuando ya estoy sentado, un mar de interrogantes bañan mi cabeza.
¿qué diré?¿cómo?¿de qué forma iré vestido?¿rosas o pendientes?¿nada?¿lo dejo a la improvisación del momento o lo llevo todo planeado?¿organizo una cita o se lo digo en el primer momento?Si es una cita, ¿dónde? y así una pregunta tras otra...

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