Los primeros días...

Y me enamoré de tu dulce mirada,

sin conocerte de nada...

me fijé a distancia en lo bien que hablas,

haces que preste atención a cada palabra,

y no me pierdo ni un solo detalle...

me encanta lo equilibrado de tus cualidades

pues logras que ninguna por encima de otra resalte.

Camino imaginando encontrarte por la calle,

y aunque no me atrevo a hablarte...

más que suficiente para mí es contemplarte.

Sé cuánto vales

y que mereces algo tan grande

que es probable

que estés lejos de mi alcance.

No obstante,

quería hacerte saber que eres importante,

que mi pensamiento en tí es constante,

y que eso me hace seguir adelante.

Eres radiante,

y no hay nada en este mundo que a tí pueda asemejarse.

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